martes, 8 de julio de 2008

una verdad dolorosa


La gente es un poco hijodeputa.

Así dicho, y en general, suena duro, pero es que es cierto. Estoy MUY cabreada con los cotillas sarnosos que no hacen más que meterse en vidas ajenas y que disfrutan metiendo cizaña allá donde vayan, probablemente porque sus vidas son tan insulsas que no tienen nada mejor que hacer que dedicarse a mirar la paja en el ojo ajeno, y, si pueden, intentar sacarla metiendote el dedo (con uñas afiladas, a ser posible).

Y lo que es peor, la gente es imbécil. Si hay algo peor que un hijodeputa es uno que encima sea tonto, porque yo la inteligencia la respeto, si es por hacer el mal tal vez no la apruebe, pero al menos soy capaz de apreciarla (entre comillas, no vayamos a malinterpretaciones...).

En fin... cada vez entiendo menos a la gente, de verdad, y hay veces que parezco nueva en este mundo... Pero aun así no pierdo la esperanza (lo dicho, que parezco nueva y no aprendo ni montandome en los caballicos)

1 comentario:

tuwaji dijo...

No está bonito eso de ser cotilla, pero a veces es inevitable jejej. Lo que sí que está MUY feo es inventarse cosas y encima ir predicándolas ¬¬

Yo mandaba a más de uno a la hoguera, tu no?